El último tramo de la gestión de Galli vuelve a mostrar números en rojo, como en el 2019, cuando cerró el ejercicio anual 354 millones abajo. ¿Efecto campaña?
Esta semana trascendieron los números oficiales de la administración municipal que comprenden el primer semestre del año, del 2 de enero al 30 de junio de 2023. El resultado del ejercicio financiero arroja un saldo negativo de 649.680.249,89.
El año pasado a esta misma altura, la misma comunicación oficial del Municipio se encargaba de publicitar que el primer semestre cerraba con superávit de 480 millones de pesos. ¿Qué cambió en los últimos seis meses? Hasta el momento, sobre el 2023, silencio de radio.
La cifra impacta y más si se tiene en cuenta que hay en marcha una reactualización de salarios en el marco de la negociación paritaria con los empleados municipales. El mismo Secretario del Sindicato de Trabajadores Municipales José Stuppia, manifestó hace dos semanas que las paritarias están cortadas “porque el municipio no tiene plata para el aumento”.
Hay algo que enciende las alarmas en quienes miran estos números de cerca: que el Ejecutivo no intente maquillar el déficit actual con el ingreso extraordinario en sus arcas que recibirá por la venta de una calle a la cementera Loma Negra. El monto, que aún no está fijado, podría rondar los 5 millones de dólares o los más de 2.400 millones de pesos.
No obstante, la pregunta más importante ahora para responder es sobre los motivos que llevan a este desbalance en las arcas públicas locales y por qué el Municipio no da información concreta sobre estos números que deberían tener carácter público.
Dos cuestiones más que se irán develando en los próximos meses. Una de ellas, cómo afrontarán los aumentos salariales acordados con los empleados municipales. La otra, si se podrán terminar a tiempo las obras que la gestión actual tiene comenzadas.
El antecedente más cercano
En mayo de 2020 explotaba la bomba que se había armado en el 2019: el déficit del ejercicio alcanzaba los 354 millones de pesos. Con poquísimas explicaciones del oficialismo, el proceso terminó en un bochorno en el Concejo Deliberante a la hora de votar esa Rendición que corría riesgo de salir rechazada.
En aquel momento, Eduardo Rodríguez, que era concejal por el interbloque del Frente de Todos había señalado que se trataba del “peor segundo semestre de la historia económica de Olavarría” y lo vinculó directamente a los gastos de la campaña electoral.
Desde el oficialismo, el propio Galli negó que el dinero se hubiera usado con ese fin. Había reconocido que el 2019 había sido un año “muy difícil”, con inflación y un salto devaluatorio que derivó en una suba de costos.
Desde abril de 2020, el Municipio debió recurrir en tres oportunidades al salvataje del gobierno de la Provincia de Buenos Aires para pagar los salarios de los trabajadores municipales.
